Existe un número que rige tanto la disposición de los pétalos de una rosa como las dimensiones de las obras de los pintores.
Que se esconde entre las partituras de Debussy, y tras la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci. Que define la dinámica de los agujeros negros y la estructura microscópica de algunos cristales.
Si quiere saber que número es siga las siguientes instrucciones, son muy sencillas:
-apartir del primer número súmele la anterior
-el resultado de la suma lo suma con el anterior
-siga así en orden ascendente
Obtenemos una cifra infinita de números formada cada vez por números más grandes, la Sucesión Fibonacci, pero donde está ese misterioso número del que hablábamos?
Dividiento cada término con el anterior! Sorprendentemente este sencillo calculo a medida que lo realiza entre los términos ascendentes de la secuencia se va acercando al número cuyos decimales son infinitos, el número Phi φ
El descubrimiento de este extraño fenomeno matemático de lo debemos al matemático italiano Leonardo Pisano, mejor conocido por su apodo Fibonacci; apartir del siglo XIII.
Sin embargo el número phi φ ya había sido definido por el griego Euclides 500 años antes.
Para ello Euclides se sirvió de una recta imaginaria, luego imaginó un punto concreto, un punto que dividiese la recta en 2 segmentos más pequeños. Ambos tenían que tener una proporción que se definía de esta manera:
La relación del segmento mayor y la recta, debía ser la misma que el segmento menor y el mayor. Y la división de ambas longitudes independientemente del tamaño de la recta daba el número phi φ que definía una proporción, la que se a dado a llamar la divina proporción.